«Deseo que la ignorancia acerca del VIH desaparezca»

Jonathan Caro Santos, uno de los protagonistas de la campaña «El VIH sale del armario»

No es fácil. Tener VIH y atreverse a mostrarse y hacerse visible públicamente no es algo sencillo, ni siquiera hoy. Los prejuicios y las imágenes estereotipadas siguen pesando, y mucho. Jonathan decidió hacerlo, poniendo cara y voz a muchos como él. Junto a Xiana, Paloma, Juanmi y Andrei, es protagonista de una campaña, rompedora y colorista, que pretende demostrar a la sociedad que las personas infectadas con el virus son completamente sanas. Después de charlar con él y de conocer su historia, sólo tengo palabras de agradecimiento por su coraje e implicación.

¿Desde cuándo sabes tu diagnóstico?

Fue hace unos cinco años, en el 2015.

¿Recuerdas ese primer momento tras conocer tu estado serológico?

Los primeros momentos fueron de mucho miedo, de sentirme perdido porque no estaba muy familiarizado con la enfermedad, aún trabajando en el ámbito sanitario, y no sabía por dónde tirar.

¿Tener el VIH ha cambiado tu vida?

Personalmente, me ha cambiado a la hora de valorar ciertas cosas, relativizo más los problemas, no me preocupo tanto por cuestiones por las que antes sí lo hacía. En eso sí, pero en cuestión de hábitos no me ha cambiado nada, sigo haciendo mi vida normal.

¿Te has culpabilizado en alguna ocasión?

Sí, claro, te culpabilizas porque piensas que lo pudiste evitar. Saber que hay una medida de protección y no la utilizaste, de algún modo, te hace pensar en la culpa.

Eres uno de los testimonios que decidió mostrarse en la campaña «El VIH sale del armario». ¿Qué te llevó a hacerlo?

La propuesta vino de Iván Zaro, uno de los fundadores de la ONG Imagina MÁS. Él fue quien me explicó en qué consistía el proyecto y que el objetivo principal era romper con el estigma asociado a la infección; además la campaña estaba dirigida por un gran fotógrafo como es Joan Crisol. Me dio apuro participar y me lo pensé, bueno, la verdad es que al principio no demasiado, pero luego sí; mientras escribía el post me preguntaba «¿pero qué estás haciendo?». Finalmente, todo fue muy bien.

¿Eres consciente de que eres un valiente? No cualquiera se atreve a hacerse visible.

No sé si soy o no valiente, pero sí soy una persona libre y lo que necesitaba para serlo era salir de este armario.

¿Y qué se necesita para esa «doble salida del armario»?

Pensé que estaba cansado de fingir, de tener que mentir o de esconderme; yo no sirvo para eso. Por esta razón, me decidí a hacerlo. Además, siento que así transmito mi estado de otra forma, sin miedo y con más naturalidad, y así la gente también lo percibe de una manera distinta.

¿Te has arrepentido en algún momento de haber contado tu historia?

No. La verdad es que lo pensé bastante bien y no me arrepiento para nada, especialmente, después de ver la repercusión que ha habido pues ha sido en general positiva.

¿Tener VIH te ha condicionado de alguna forma?

Al principio sí me condicionaba, sobre todo, al conocer chicos porque he recibido rechazo por tener el virus. Tenía miedo y no sabía cuándo era el mejor momento para decirlo, si antes o más tarde. Sin embargo, en el resto, mi estado serológico no me ha condicionado para nada.

La fuerza de las redes sociales es innegable. En tu caso, ¿qué papel han jugado?

A lo que más me han ayudado las redes sociales es a hacer que el mensaje que yo quería transmitir llegue aún más allá. Personas que no conocían mi estado lo han sabido a través de mi perfil de Instagram y me han apoyado. Gracias a ello se han informado y se han quitado prejuicios. La verdad es que he recibido apoyo de gente de la que no me lo esperaba y, sinceramente, esto me alegra.

Tu perfil de Instagram muestra a un chico joven, con buen aspecto y lleno de vitalidad… A más de uno le podrías estar desmontando algún prejuicio ¿Qué le dirías?

Le diría que, como puede comprobar, a cualquiera le puede tocar. Le diría que sea precavido y que no se fie de las apariencias y, sobre todo, que no prejuzgue porque puede ver que a un chico normal, tranquilo y con vitalidad le ha tocado tener el virus. Hay que quitarse la imagen del pasado porque, hoy en día, no se corresponde ni mucho menos con la realidad.

Después de esos primeros tiempos, difíciles y complicados, ¿qué es lo que más te ha ayudado?

Una vez he superado el miedo a decirlo, lo más importante para mí ha sido el apoyo y la compresión que he recibido de más personas de las que creía. Pienso que hay más gente que intenta comprenderlo que rechazarlo y eso es lo que más me ha ayudado, y me ayuda hoy en día.

¿Qué dirías a esa persona a la que hoy le acaban de comunicar: “Tienes el VIH”?

Le diría que sé que tiene miedo pero que no se preocupe porque lo va a superar, especialmente, ese miedo. Nada es como antes, hoy en día no es un drama, no hay necesidad de hacerlo. Cualquiera persona ha de tener claro que quien le quiere le va a seguir queriendo, sí o sí. En cuestión de salud mientras se cuide un poco y se tome la medicación, todo irá bien.

¿Un deseo para el 2021?

El deseo que siempre he pedido es salud. Ahora con la pandemia, espero que la vacuna contra el coronavirus funcione. También que se siga investigando, no sólo sobre VIH, sino sobre otras enfermedades que también lo necesitan. Otro deseo importante que pido es que la ignorancia desaparezca, porque aún existe, y también que la gente sea más abierta para escuchar y comprender lo que temen o no conocen.

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